por Kahlil Gibran
No vienen de ti, sino a traves de ti
y aunque estén contigo
no te pertenecen.
Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues,
ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellas,
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar
ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual, tus hijos
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación
en tu mano de arquero
sea para la felicidad.
Hacer una pregunta 07.09.2009. 11:08
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Maria Pilar on 27.05.2011. 06:08
Encierra absoluta sabiduria, si lo comprendiesemos dejarariamos de hacer infelices a nuestros hijos pryectandoles nuestras fustraciones un saludo